Luis Miguel advierte numerosas ventajas en su trabajo como ingeniero de aplicaciones en una empresa algo más pequeña. En las grandes entidades resulta difícil acceder a una visión de conjunto sobre lo que ocurre. Es fácil perder el contacto con la realidad.
“Scanreco me sedujo porque, aun no siendo enorme, es una empresa líder mundial en el ámbito del control remoto por radio. Trabajo codo con codo con nuestros clientes y tengo mucha más capacidad de influencia que en una compañía de grandes proporciones. Me gusta poder ver los resultados con una mayor rapidez”, asevera.
Otra de las cosas que le sedujeron es la proximidad del trabajo a casa. Reside en el sur de Estocolmo y quería evitar atravesar toda la ciudad con el coche para, por ejemplo, llegar a Kista.
“No hay muchas compañías de alta tecnología al sur de la capital que desarrollen y manufacturen sus productos bajo un mismo techo. Ahora puedo ir en coche al trabajo más rápido, librándome casi siempre de las caravanas.”
El primer contacto con Suecia de Luis, que es oriundo de España, fue como estudiante de Ingeniería Eléctrica.
“Pasé los últimos doce meses de formación con un programa de intercambio en la Universidad de Mälardalen. Aunque me gustó mucho Suecia, volví a España con el fin de emprender una carrera como ingeniero de aplicaciones de automoción”.
Fue el amor lo que hizo a Luis regresar a Suecia en 2007. Consiguió entonces un trabajo en Tetra Laval, donde permaneció ocho años. Fue casi por casualidad que entró en Scanreco.
“Vi una oferta de empleo y, de hecho, nunca había oído hablar de Scanreco. Sin embargo, al acudir a la entrevista, sentí que era la elección correcta. Como ingeniero de aplicaciones, adapto nuestros productos a las necesidades del cliente. Muchos clientes tienen necesidades específicas en lo que respecta a la funcionalidad y la apariencia visual. Se trata de un trabajo entretenido y variado en el que colaboramos estrechamente con los clientes en busca de una solución óptima”.
